Señor Ministro de Educación -Peña Mirabal, ¿por qué fue una sabia determinación del congreso legislar en pro de la lectura de la Biblia en nuestras escuelas?

Señor Ministro de Educación -Peña Mirabal, ¿por qué fue una sabia determinación del congreso legislar en pro de la lectura de la Biblia en nuestras escuelas?

Juan C de la Cruz (PhD)

Honorables ciudadanos Dominicanos, dd verdad me apena tener que hablar tanto de un asunto que debería estar resuelto ya. Pero si hay que seguir midiendo pulso, seguiremos. 

Algunas razones por las que la determinación congresual fue sabia:

Primero, la Biblia se ha ganado el derecho de ser leída, más que todas las obritas que propomos en los currículos regulares (el Quijote, la Mañosa, etc.). La Biblia tiene mucho más de un milenio siendo el Best Seller sin rival, hasta hoy. Se imprimen y distribuyen 500 millones de Biblia en un año regular. Además, el Antiguo Testamento se ha traducido a casi 800 idiomas, y el Nuevo a más de 1,100 idiomas (porciones, como el Evangelio de Juan, supera los 1500 idiomas en su traducción) ¿Dígame usted señor ministro si un libro así amerita ser bien conocido en un sistema educativo como el nuestro que enarbola orgullosamente ese libro en el centro de nuestro sagrado emblema patriótico? 

O sea, leer la Biblia no tiene que ser solo porque nuestro país es de religión cristiana por derecho constitucional, sino por el sitial literario e histórico de ese documento. De hecho, el primer libro que se reprodujo en la imprenta de Gutenberg fue precisamente la Santa Biblia. 

Sus razones, Peña Mirabal, de por qué no debe leerse la Biblia en las escuelas (como si los legisladores le estuvieran pidiendo su opinión), no sólo son infundadas, sino falaces, a juzgar por su inucitado ejemplo con el caso de los niños haitianos. Los haitianos profesan el Cristianismo, aún cuando sus padres practiquen el Budú, lo cual resulta estadísticamente despreciable que un niño haitiano en Dominicana practique el Budú. Además, Señor arrogante (y perdón ministro, pero usted es eso), ya le dijimos que el Budú está prohibido por ley en RD. ¿Usted no lo sabía, verdad? (Aunque me temo que no le importan nuestras leyes). 

Señor presidente, señoras y señores, ¿A dónde llegará un "ministro" que ignora las estadísticas básicas de la dependencia que dirige y que tiene al menos nuestras leyes ñ, incluyendo nuestra sagrada carta magna?

Otra razón elemental, honorable ministro y honorables ciudadanos. Aunque inclusivo, nuestro sistema educativo no debe centrarse en los extranjeros. ¿Usted sabe cuál es la frecuencia estadística de extranjeros en las escuelas? Debemos protejer las minorías, pero un extranjero debería procurar pagar la educación de sus hijos, entre otros servicios del orden público. 

Sobre esto (educación), y gracias a Dios por eso, la Santa Biblia porta  precisamente el título de Madre de la Alfabetización. Si ud. urgase en la historia de las civilizaciones, se dará cuenta del rol maternal y pionero de la Biblia en la alfabetización europea y americana (occidente). Los casos de Alemania, Suiza, Holanda, Inglaterra son bien conocidos en esta materia. 

Otra razón esencial es que nuestro emblema y símbolos patrios lo demandan. La Santa Biblia, señor ministro, abierta en Juan 8.32 permanece en el centro de nuestro escudo y bandera desde los días que Bobard la confeccionó por mandato de los patricios. Es un símbolo glorioso y hermoso. Pregúntele a Duarte Díez si quiere. 

Le podría dar muchos ejemplos totalmente alejados del fanatismo que le caracteriza señor secretario. 

Señor presidente de la República, ¿qué fue lo malo que hizo su padre, un predicador Menonita laico en Arroyo Cano y zonas aledañas, que usted prefiere sucumbir ante las presiones de USAID, LoméIV y otras entidades benefactora y crediticias, delegando a un liberal y pedante ministro en un ministerio tan delicado? 

Danilo Medina, el pueblo cristiano le ruega destituyó, por favor, a su amigo ministro de esa instancia que grande le queda. Mándelo a otra o déjelo sin cartera. Pero, por favor, destitúyalo. 

Señor y Dios nuestro, tu que moras en los cielos, escucha el clamor vehemente y humilde de tu pueblo en Dominicana en este asunto. Da muestra de tu poder cual lo has hecho en la historia. Vela por la salud de tu pueblo y la justicia. Por favor, en el nombre de Jesucristo te lo rogamos. ¡Amén!