A los nobles caballeros nos quieren hacer cabalgar sobre pencos. Lo que necesitamos es volver a nuestros fundamentos.

A los nobles caballeros nos quieren hacer cabalgar sobre pencos. Lo que necesitamos es volver a nuestros fundamentos.

Por Juan C. de la Cruz

Precisamente satírico
El Quijote Cervantes trazó,
Al montar su escudero sobre aquel caricaturesco pollino,
Y en Rocinante cabalgar.

Un potro domarse es posible,
Un león medio viejo, tal vez;
Poco aguardo que un penco de circo pudiera domado ser,
Y caballero bien conducir.

Vulgares e injustos tribunos,
A Quisqueya conducido han;
¡Cuantos malos, falaces, hasta vándalos hemos vestido de honor!
¡Caballeros, vamos, despertad!

Una patria fundada en la cruz,
Con emblema sublime y veraz;
¿Cómo pudo a tan perversos abrigar? ¡Voces valientes alzad!
Consignas y propuestas blandid.

¿No fue Dios, Patria y Libertad
La gloriosa y sagrada verdad
En que Duarte y los trinitarios consagraron a nuestra nación?
¿Es justo profanar la virtud?

Recordad el fuerte escudo,
La verdad inmortal declarad:
"Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres". ¡Catad!
¿No es de Cristo tal verso inmortal?

Os propongo a Cristo el Señor,
Quien valiente y triunfante murió;
En corcel impecable con ropa ensangrentada y espada,
A restaurar su reino vendrá.

Es verdad que en pollino montó,
Y a Salem Él humilde entró;
Y aunque en vergüenza y en cruz brutalmente asesinado fue,
A la gloria triunfante llegó.

Justicia él administrará,
Con gracia y verdad juzgará;
Desvalidos y pobres por fin sus causas podrán a Él presentar,
¡Arrepiéntanse caballeros!

“Justificados pues por la fe,
Aceptados por Dios paz tendréis”.
¡Erguíos, formaos valientes soldados del Señor; presto vendrá!
¡Vigilad, no durmáis, hecho está!